SEÑORES POBRES
Cada uno de ellos sabe
lo que no tiene
lo que escapa de su control
lo que controla su necesidad
lo que sacia su desconsuelo
lo que anhela su corazón
lo que nutre su desesperanza
lo que fluye por sus venas
lo que palpita en su sien
lo que no consigue domesticar
lo que le sobra de reloj
lo que le falta de tiempo.
Y frente a cada uno de ellos
difícil de soportar
la inmensa barrera entre mi oportunidad
y su desesperación
entre mi capacidad
y sus limitaciones
entre mi sonrisa
y su lágrima escondida.
Sólo un puente hecho de materiales sólidos
puede acercar mi perspectiva a la suya.
Puente de confianza
de respeto
de autocontrol
y medido descontrol,
desmedida ternura
y medida intransigencia,
de límites claros
y normas flexibles,
de abrazos insonoros
y suaves golpecitos en la espalda.
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