Vuelvo y me acoges
condicionando acentos
y construcciones
gramaticales.
Valladolid se abre
en un regazo cálido
y un nido suave
sobre horizontes amplios.
Desde Simancas hueles
a origen
a esencia de vida
a hojaldre.
Sentirme hija
de una tierra plana
en cierto modo desconocida
me sorprende y
de algún modo
me tranquiliza.
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