Qué se rompió en mí que tan enorme grieta resintió
qué mano, ausencia, grito, dolor, indiferencia
alimentó un salvaje deseo y necesidad de ser sentida.
Qué me pasó que no sentí
y dejando de sentir guardé en el olvido
y olvidado y perdido se convirtió en monstruoso alarido.
Sólo mi cuerpo sabe
no mi conciencia
Sólo un salvaje bloqueo
que amortigua dolor y risas
a partes iguales
Sólo mi cuerpo duele
y cuando duele
se desconecta
arrasando cualquier intento de acercarme a lo temido
cuando lo temido es a la vez lo deseado
y cuando ese deseo crece,
implosiona
y se me retuerce dentro
y me envenena el alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario